Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

Cuatro presidentes y otro mundo posible

El pasado 29 de enero algo cambió para siempre en el Foro Social Mundial. El encuentro que nació como una iniciativa de la sociedad civil que debatía y elaboraba propuestas frente a los gobiernos se encontró ese día con que cuatro presidentes se daban cita en el IX Foro Social Mundial de Belem (Brasil) en el denominado “Diálogo sobre la integración popular de nuestra América”. Se trataba de Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay) y Hugo Chávez (Venezuela). En el reducido espacio de un gimnasio, con unas mil personas representantes de numerosas organizaciones sociales, los cuatro participaron en un acto público junto a líder del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, Joan Pedro Stedile.

Primero, poco antes de las dos de la tarde llegarían Correa y Lugo, para poco después incorporarse Chávez y Morales. Mientras tanto, diferentes cantautores interpretan desde canciones de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, hasta boleros, raps y performances. Rafael Correa no deja de proponer temas, cantar e incluso acercarle el micrófono a Fernando Lugo para que se una a la canción. En conclusión, que ya no es solo Chávez es el que canta en los actos públicos, los medios y analistas que ridiculizaban al venezolano y se escandalizaban van a tener que dedicar ahora mucho tiempo y espacio a este asunto.

Rafael Correa: el error del socialismo real fue no cuestionar al modelo de desarrollo del capitalismo

El primero de los presidentes en intervenir es Rafael Correa. Como muchos de los que allí se encontraban, se pregunta quién iba a decir hace diez años que cuatro presidentes estarían participando en el Foro Social. Recordó que “como un castillo de naipes fueron cayendo los gobiernos seguidistas del Consenso de Washington y levantándose los pueblos”. La gran aportación de Correa en su intervención fue marcar algunas lineas sobre lo que consideraba el socialismo del siglo XXI, mucho se ha hablado sobre él, pero pocos dirigentes se han atrevido a definir sus características. Correa afirmó que “el socialismo del siglo XXI habla de acción colectiva, se expresa a nivel comunitario en los barrios pero también en la economía, en la vida social y en las instituciones”. El presidente ecuatoriano, a pesar de ser economista por la Universidad de Chicago, reivindicó la necesidad de “rescatar el Estado para atender los problemas colectivos y la necesidad de planificar”. Marcó sus distancias con lo que denominó el socialismo tradicional porque su “forma de competir era precarizando condiciones laborales y sociales”. Sin embargo, según Correa, hay elementos del socialismo del siglo XXI que coinciden con ese socialismo tradicional, y es “el énfasis en los valores de uso en lugar de los valores de cambio”. Puso como ejemplo la selva amazónica: “Debemos ser responsables con ella, los países que generen bienes ambientales deben exigir a los países ricos por ese gran valor medioambiental que están generando y que los ricos ya han dilapidado”. Señaló el ejemplo de Ecuador, que tiene un gran yacimiento petrolífero sin explotar pero que su extracción supondría un gran daño medioambiental, por lo que ha renunciado e ello. Ecuador, dijo Correa, ha lanzado el reto a la comunidad internacional para que le compense por ese dinero que dejará de conseguir por un medida que beneficia a todo el planeta.

Otra característica del socialismo del siglo XXI, según el ecuatoriano, es la reivindicación de justicia en todas las direcciones: justicia social, justicia intergeneracional, justicia de género, justicia étnica. “No puede ser que los indígenas sean los más pobres de cada uno de nuestros países”, afirmó.

También consideró otra característica de ese socialismo que “no hay recetas, es necesaria la autocrítica, el socialismo no es único ni estático, no creemos ni en manuales ni en dogmas”. Otra más es que “las armas son los votos, rechazamos la violencia”.

No evitó el presidente ecuatoriano señalar las críticas del denominado socialismo real en el siglo XX. “Su mayor error es que no cuestionó el modelo de desarrollo del capitalismo, en cambio el socialismo del siglo XXI plantea vivir bien, pero no mejor que nadie, sino la equidad, garantizando la supervivencia de todas las culturas. Si todos los chinos buscaran el nivel de vida de los ricos, el mundo estallaría”, afirmó.

Siguió Correa desgranando propuestas: el Banco del Sur, el Fondo del Sur, la moneda regional. “Una primera fase de integración -añadió- es la Unasur que supera el concepto de amplía mercados”.

Tuvo duras palabras para la Organización de Estados Americanos. “Qué sentido tiene discutir nuestros problemas en una OEA con sede en Washington, que excluye a Cuba mientras mantuvo al Chile de Pinochet”, afirmó despertando grandes aplausos. Reivindicó una “organización de estados americanos” que excluya a países ajenos pero que incluya a todos los latinoamericanos y del Caribe”.

Fernando Lugo: el otro mundo no solo es posible, sino que está siendo real

El presidente de Paraguay tuvo palabras para recordar que “estamos aquí con la voz esperanzadora de los movimientos sociales, ellos han permitido la posibilidad real de cambio, no es un cambio que se fue generando en los grandes laboratorios de la política, sino que se fue repensando y discutiendo debajo del árbol, en la calle, con derrotas y victorias. Por eso nuestros gobiernos estamos convencidos de que la lucha de los movimientos sociales es el gran aporte que garantiza el avance continuo”.

Según Lugo, “antes había persecución y represión a los movimientos sociales, pero a pesar de ello consiguieron acumular suficiente fuerza para derrotar a los conservadores, si bien eso no es suficiente para construir una nueva sociedad”.

“Esta es una época que nos exige ir construyendo una sociedad más justa e fraternal -señaló-. Es el momento de volver a la profecía del pueblo guaraní: la tierra sin mal. No creemos que un tratado de Itaipú (en referencia a un acuerdo con Brasil para la distribución de la electricidad en la central del mismo nombre y que Paraguay considera injusto), firmado en tiempos de la dictadura pueda tener vigencia. Paraguay debe volver a conquistar su dignidad. Mientras no consigamos eso nuestra alma no descansará en paz”.

Respecto a la integración latinoamericana afirmó tener fe en que “las fronteras no sean más importantes que la integración”. “Que triste es que Paraguay y Bolivia no tengan acceso al mar por donde navegaron nuestros ancestros -añadió-, pero la integración para ser genuina debe venir desde abajo”.

Terminó afirmando que, aunque dicen que para navegar por el Amazonas hay que tener paciencia, “yo creo que hay que tener impaciencia en América Latina para lograr los cambios necesarios. El otro mundo no solo es posible, sino que está siendo real”.

Evo Morales: no quiero que me inviten al Foro Social, quiero que me convoquen

El presidente de Bolivia comenzó su intervención recordando que en el Foro Social ha encontrado a los profesores que le ayudaron a llegar a la presidencia: “He llegado a la conclusión de que si hay aquí cuatro presidentes es gracias a la lucha de ustedes. Me llaman invitado, no quiero que me inviten quiero que se me convoque a seguir luchando”.

Habló de su país y del reciente referéndum para aprobar la Constitución: “Hay grupos que no aceptan que haya igualdad, pero frente a ellos, los indígenas y la Central Obrera Boliviana siguen adelante y, pesar de que los grupos oligarcas no querían la Constitución Boliviana, el pueblo se ha impuesto. Aparecieron además nuevos enemigos, no sólo los grandes medios de comunicación, también los jerarcas de la Iglesia Católica, por eso yo digo que otra Iglesia también es posible”. Morales recordó algunos principios de la recién aprobada Constitución: “Los servicios básicos como el suministro eléctrico o de agua, son ahora un derecho y por tanto no pueden ser privatizados. La Constitución establece también que no se permite ninguna base militar extranjera”.

Morales señaló las responsabilidades a las que deben responder los gobiernos y las agrupó en cuatro: la vida, la justicia, la soberanía y el planeta Tierra. También hizo referencia a las guerras que Estados Unidos está llevando en varios lugares del mundo: “antes los pueblos se levantaban en armas contra el imperio, ahora el imperio se levanta en armas contra los pueblos”.

Asimismo hizo un llamado a la ética individual. “Si queremos cambiar el mundo antes debemos cambiar nosotros, no debemos ser individualistas, ambiciosos ni sectarios. A veces alguno habla de cambio, pero ese señor no ha cambiado todavía”. Terminó parafraseando al subcomandante Marcos en su principio de que los gobiernos progresistas de América Latina han aprendido a mandar obedeciendo.

Hugo Chávez: un mundo nuevo está naciendo, quien quiera verlo que venga a América Latina

El presidente venezolano tuvo numerosas referencias a Fidel Castro y a la revolución cubana, inspiradora de muchos de los principios y valores defendidos por los cuatro gobernantes. Recordó que “mientras se imponía el Consenso de Washington, se derrumbaba la URSS y con ella tantas ilusiones hace veinte años, en Venezuela se estaba moviendo la tierra, se estaba despertando un movimiento revolucionario”. Fue por entonces cuando conoció personalmente a Fidel Castro, diez años después Chávez llegaría al gobierno de Venezuela. Bromeó diciendo que ahora allí estaban un militar, un obispo (Lugo), un Chicago boys que invirtió la lección (Correa) y un descendiente de Tupac Amaru (Morales). Ese repaso muestra el carácter atípico de los nuevos gobernantes tan alejados de los partidos políticos tradicionales que se han mostrado incapaces de atender a los movimientos regeneradores en América Latina.

Chávez también tuvo palabras para el significado del Foro Social en la revolución bolivariana: “Ese año del primer foro, el 2001, Venezuela estaba siendo sacudida por el plan contrarrevolucionario, ese año llegaba al gobierno de Estados Unidos el presidente que ahora se ha ido al basurero de la historia. El imperio quería apagar la llama que se había encendido en Venezuela y que acompañaba a la llama siempre encendida de Cuba. Yo tengo varias demandas ante la Corte Penal Internacional, pero quien debería ser allí juzgado es el expresidente de Estados Unidos”. Se refirió también al nuevo presidente Barack Obama, “ojalá marque un cambio en el horizonte mundial, nosotros, desde Venezuela, sólo pedimos respeto. Yo no me hago muchas ilusiones, el imperio está intacto, pero en Venezuela estamos dispuestos a resistir diez, veinte y cien años más”. “Nos ha parecido acertada la decisión sobre el cierre de la prisión de Guantánamo -añadió-, pero hay que devolver esa bahía al pueblo cubano. Si quiere dar señales positivas hacia el continente, que Obama retire las tropas de Guantánamo”.

También tuvo palabras para la crisis económica actual. “Hasta el 2008, 800 millones de personas sufrían hambre, este año se estima que llegarán a mil millones, y la mayor parte de la culpa es del capitalismo global, pero nosotros también tenemos parte de culpa porque quienes nos gobernaron ayudaron y cooperaron con la economía capitalista mundial”, afirmó.

Para finalizar, Chávez repasó la importancia que han tenido los foros sociales en el diseño de sus propuestas políticas. “Fue en un Foro de Porto Alegre donde yo vine a decir que la revolución venezolana tomaba el camino del socialismo, fíjense todo lo que les debemos. Ya no debemos decir solamente que un mundo nuevo es posible, sino añadir que es necesario y añadir más, un mundo nuevo está naciendo, quien quiera verlo que venga a América Latina”, afirmó. Como ejemplos de ese nuevo mundo señaló la disminución de la mortalidad infantil en Venezuela y la erradicación del analfabetismo en su país y en Bolivia. Terminó afirmando que “si ustedes tuvieron la osadía de parir la idea de un mundo nuevo cuando parecía que no había esperanza, ahora siguen siendo fundamentales los foros sociales para seguir empujando”.

Joao Pedro Stedile: queremos más, queremos cambios estructurales, no medicinas para el capital

Tras los presidentes tomó la palabra el líder del Movimientos de los Sin Tierra (MST) Joao Pedro Stedile. Amistoso pero no complaciente, afirmó que “el proceso revolucionario lleva diez años de resistencia, pero no hemos logrado el movimiento de masas que cambie la correlación de fuerzas. La lucha de clases depende no de discursos sino de la fuerza que el pueblo pueda acumular, debemos dar un paso más, el pueblo debe avanzar más allá de las elecciones”. Dirigiéndose a los presidentes les dijo: “ustedes han andado muy flojos, tienen sus reuniones, cuentan sus cosas de coyunturas, pero nosotros queremos más, queremos cambios estructurales, no medicinas para el capital. Ojalá en la próxima cumbre de sus gobiernos sean invitados los movimientos sociales”. Hizo también un llamamiento a la unidad y la acción: “Es el momento de la unidad popular, no podemos perder tiempo con nuestras diferencias, hay que unificar las luchas populares para enfrentar la crisis del capital. La búsqueda del socialismo del siglo XXI puede durar un siglo, lo necesitamos para mañana. Aquí se habló de recuperar nuestra soberanía y romper la dependencia, lo que hay que hacer es hablar de la nacionalización de la banca, con su control financiero nunca llegará la hora de los pueblos”.

Y así, rodeados de pueblo, rodeados de agua con una torrencial lluvia amazónica, rodeados de selva, y rodeados de vida, cuatro presidentes llegaron al Foro Social e iniciaron una nueva era en la que, por fin, aparecen gobiernos dispuestos a poner en práctica las propuestas que durante ocho años ha estado elaborando la sociedad civil . No es casual que se trata de presidentes que ya habían participado en el Foro a lo largo de su trayectoria política, antes de alcanzar el gobierno.

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