Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

De estado social a estado delincuente

El pasado martes 20 de marzo la televisión pública británica BBC suspendió su portal educativo Jam (1). Ese proyecto fue aprobado en enero de 2003 por la Secretaria de Estado de Cultura, Medios y Deporte de este país y por la Comisión Europea en octubre de ese mismo año. Se puso en marcha en enero de 2006 y tenía previsto funcionar hasta el 30 de septiembre de 2008. Desde Jam se ofrecían serie de servicios de enseñanza online, para chicos de entre 5 y 16 años, en lo que se llamaba “curriculum digital”, un servicio de aprendizaje interactivo que reflejaba los planes de estudios de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Jam estaba diseñado para enseñar a explorar, a aprender y crear y ofrecía una experiencia de aprendizaje de banda ancha interactiva, en el cual cada uno puede escoger qué, en dónde, cuándo y cómo quiere aprender. Según el experto en educación Sue Nott (2), BBC Jam “está centrado en quien aprende; el contenido que se entrega en línea es de inmersión, exploratorio, para aquellos sujetos que se basan en habilidades; el sistema alienta a crear algo propio. BBC Jam responde a la curiosidad natural de quien aprende sobre el mundo”.

Todos los contenidos de BBC Jam estaban vinculados a juegos e historias, dibujos animados, experiencias de audio y otras actividades combinadas, para inspirar a quien aprende y ayudarlo a comprender cada tema.

La razón del cierre ha sido la queja de los centros educativos privados quien argumentaron que perjudicaba sus intereses de mercado. Estos centros llevaron su reclamación a la Comisión Europea alegando que el servicio público que impulsaba la BBC a través de internet de forma individualizada se había puesto en marcha sin tenerles en cuenta y perjudicaba sus intereses económicos. El órgano comunitario atendió la reclamación y la cadena pública británica ha decidido cerrar el portal “ reduciendo al mínimo su impacto negativo en el mercado”.

En un comunicado, la cadena asegura que ha tomado esta decisión después de largas conversaciones con el Gobierno de Londres y la Comisión Europea acerca de las quejas del sector privado. Explican que promover la educación es "uno de los pilares del servicio público de la cadena", pero que debe emprenderse después de considerar sus efectos en el mercado. Según afirman, con el dinero público, la BBC debe "informar, educar y entretener" a los ciudadanos, pero sin perjudicar al sector privado.

El asunto parece bastante claro y denota las prioridades y jerarquías en el sistema político dominante. Por delante de las posibilidades educativas que tenga un estado está el negocio de algunos. Atrás queda ese modelo social de un estado desvelado –y obligado- a atender las necesidades de una sociedad. Ahora, no sólo no tiene ese compromiso, sino que lo tiene prohibido si con ello va a afectar negativamente al negocio de las empresas privadas.

Con el mismo principio, a los estados europeos se les podría obligar a cerrar los hospitales públicos o de beneficiencia en la medida en que quitan mercado a los centros privados. Es más, hasta las instituciones religiosas y de caridad deberían tener prohibido los comedores sociales para indigentes porque pueden restar clientes a los restaurantes.

En realidad todo es coherente con la política de la Unión Europea, si ha sancionado a España por el delito de prestar libros sin cobrar en las bibliotecas públicas por qué no iba a obligar al Reino Unido a cerrar una televisión pública que cometía el delito de educar.

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