Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

Las tijeras que aplicó el diario El Mundo a una carta al director de la embajada venezolana en Madrid

El pasado siete de septiembre Luis María Ansón publicaba una columna en el diario El Mundo afirmando que el presidente venezolano era homosexual y que debía reconocerlo ante los venezolanos (Ver Chávez y la homosexualidad).

Entre las muchas reacciones que ha provocado esa columna está la oficial de la embajada venezolana, desde donde la encargada de negocios y embajadora en funciones, Elba Martínez Vargas, envío una carta al periódico El Mundo que fue mutilada y publicada el 13 de septiembre, a pesar de que ni en la versión de papel ni la de Internet del periódico se informa de una extensión máxima para las cartas al director que justificara el recorte. A continuación la carta íntegra de representante diplomática en la que hemos seleccionado en color rojo, las partes del texto que el criterio de libertad de expresión del diario El Mundo consideró inapropiadas para ser publicadas y eliminó de la carta a pesar de que procediesen de la representante democrática de un país y de que fueran en respuesta a afirmaciones tan poco serias procedentes de un columnista del propio periódico. Estos son los medios que afirman que en Venezuela existe censura y no hay libertad de expresión. Una mirada a las letras rojas de este texto puede ayudar a percibir cuál es el criterio de libertad de expresión que defienden y como se lo aplican al gobierno venezolano.

Señor Pedro J. Ramírez
Director Diario El Mundo

Señor Director,

El viernes pasado, su periódico publicó una abyecta nota de Luis María Ansón, en la que se identifica como miembro de la Real Academia Española. Leí con vergüenza ajena el cambio de registro en las ya consabidas vilezas de la derecha más retrógada; habida cuenta que han agotado las mentiras y manipulaciones que pretenden difundir una imagen del Presidente Chávez como dictador, autócrata, populista, violador de derechos humanos y toda esa sarta de patrañas con las que han fracasado, ahora pretende irrumpir el Sr. Ansón en el espacio más íntimo de la vida del Presidente Chávez, acusándolo de homosexual.

No voy a hacer de esta nota una defensa de la virilidad de Hugo Chávez, del hombre que respeto y admiro profundamente, me interesa, como a la gran mayoría de los venezolanos, su condición de hombre noble y honesto conectado con su pueblo, su estatura de estadista, su valentía, su altura moral. El artículo de Ansón poco dice de la figura de este hombre ampliamente respetado en el mundo, sobre todo en el mal llamado Tercer Mundo, que lucha por generar sus procesos democratizadores desde sus propias realidades (el Sr. Ansón y sus cofrades deberían abandonar de una vez por todas su proyecto de tutelar la manera cómo construimos nuestras democracias, las occidentales “modelo” tienen demasiadas taras que no queremos importar). Hugo Chávez abandera un proceso de cambios en la sociedad venezolana, enmarcado en un planteamiento ampliamente democrático, participativo, en el que las minorías están siendo, por vez primera, visiblemente respetadas y sus necesidades atendidas por el Estado.

Voy a referirme entonces a la tendencia de la nota, que dibuja con claridad la condición del Sr. Ansón, quien en esta oportunidad se presenta como abanderado de los derechos de los homosexuales (supongo que debió de vivir amargado durante los años del franquismo y el periodo de la democracia en que no se les reconocían sus derechos). En dicha nota hace referencia a “respetados homosexuales” que han difundido el bulo. Y resulta que una vez más, como la derecha nos tiene acostumbrados, se invierte la carga de la prueba y con una falaz argumentación, pide que declare el presidente Chávez si es cierto o no que es homosexual en lugar de que fueran los otros quienes aportaran, en el supuesto negado de que existieran, las pruebas, como sería lógico.

Me imagino que el Sr. Ansón, como egregio miembro de la Real Academia Española, no ha tenido que hacer una declaración pública acerca de su condición sexual, religiosa o cualquier otra. Como personaje avezado a nadar en las aguas de las “democracias orgánicas” puedo deducir que tuvo que reprimir durante mucho tiempo su espíritu defensor de las minorías sexuales.

No obstante nos queda la duda de la pretensión del Sr, Ansón en dicho artículo. Si los homosexuales son personas que no merecen una discriminación, ¿por qué hay que pedirles que hagan declaración manifiesta de su condición? Y si han de hacer esa declaración ¿no será que en el fondo subyace el hacer listas de “homosexuales” por si acaso llegan tiempos distintos? ¿Por qué utilizar la figura del Presidente Chávez para “defender” los derechos de este respetado colectivo? Tal vez porque era la última lista de proscritos elaborada desde la derecha en la que no lo habían incorporado.

Conocida la trayectoria del Sr. Ansón al lector le puede asaltar la duda acerca de esa defensa de una minoría como los homosexuales. Supongo que en el fondo es una forma más de intentar denostar la figura de un presidente electo que incorpora unas formas de gobierno y de organización social molestas para la derecha. Muy a pesar del Sr. Ansón, en Venezuela hay una revolución en desarrollo que ni la más atroz de sus mentiras va a detener.

Señor Director, guardo la esperanza de que esta carta sea publicada en su medio en claro cumplimiento del derecho de réplica.

Elba Martinez Vargas
Encargada de Negocios a.i.
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela
Ante el reino de España

 
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