Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

Obama y el fin de la política de guerra preventiva

Los días 27 y 28 de mayo asistimos a un coro informativo que nos decía que Obama terminaba con la agresiva política de guerra contra el terrorismo y guerra preventiva de Bush. Las informaciones hacían referencia al discurso del presidente estadounidense en el Congreso donde presentaba su Estrategia de Seguridad Nacional. En él recurría a los términos “diplomacia”, “educación”, “energías limpias” y todas las palabras que podían sonar bien. Parecía una buena noticia después de comprobar las violaciones de derechos humanos y atropellos a la legislación internacional que, en nombre de guerra contra el terrorismo, se habían cometido durante la era Bush. El problema es que en Europa ya estamos muy acostumbrados a que la diferencia entre neocons y socialdemocracia se limite a las palabras y nunca a los hechos. De modo que intenté saber qué cuestiones concretas había detrás de las bonitas expresiones de Obama, tan aireadas a nivel internacional y tan aplaudidas por los analistas.

Descubrí que quien dice que acaba con la guerra preventiva y garantizará la seguridad de EEUU con “unas buenas relaciones diplomáticas” aumentará el gasto militar de Estados Unidos el año que viene a 726.000 millones de dólares. Vuelve a insistir en que los enemigos de EEUU son Irán y Corea del Norte, la diferencia con Bush se limita a que ya no les llama “eje del mal”. El mismo 24 de mayo, tres días antes, The New York Times revelaba que el mando militar estadounidense para Oriente Próximo había ordenado una ampliación de las operaciones secretas contra objetivos que puedan suponer una amenaza en Irán, Arabia Saudí y Somalia, además de otros países de la zona. La orden la firmaba el general Petraeus y autorizaba el envío de tropas de operaciones especiales tanto en países aliados como hostiles en Oriente Próximo, Asia Central y el cuerno de África. Entre sus objetivos está el de “preparar el terreno” para futuros ataques de tropas estadounidenses o de sus aliados.

En cuanto a los derechos humanos recordemos que el mismo día que se anunciaba la “bondadosa” política de Defensa de Obama, Unicef expresaba su rechazo por el procesamiento en un tribunal militar de la prisión de Guantánamo de un canadiense, detenido en Afganistán y trasladado a esa base militar estadounidense cuando tenía 15 años. Unicef considera a este preso como un ejemplo de víctima como niño soldado. Recordemos que todavía quedan en Guantánamo 181 prisioneros sin haber sido juzgados.

Una vez más la diferencia entre los dos principales grupos políticos estadounidenses -y, por extensión europeos y españoles- se limita solamente al uso de un vocabulario u otro, según sea necesario seducir a una parroquia u otra para ganarse a la opinión pública mayoritaria.

 

Pascual Serrano es periodista. Sus últimos libros son "El periodismo es noticia" (Icaria) y Desinformación (Península).

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