Página personal del Periodista Y Escritor Pascual Serrano

Región Andina: La imagen mediática en España. Luces y penumbras

Es evidente que la región andina está de actualidad en los medios españoles, está sucediendo algo parecido a los que se vivió en los años ochenta con Centroamérica. Yo quisiera exponer algunas claves de la información de hoy en España relacionada con esa región de América.

Para comenzar, diría que su presencia obedece a lo que denomino

Política de silencio o portada

Los grandes medios tiene como hábito silenciar los gobiernos sumisos y sus tropelías para dar imagen de normalidad e institucionalidad. En cambio, no dejan de organizar alharacas con los gobiernos díscolos, para proyectar la impresión de país convulso y desestabilizado. Por eso Cuba siempre es noticia, Nicaragua lo fue cuando gobernaban los sandinistas y después nunca más se supo que pasaba en ese país. Y en la región Andina Venezuela tiene más presencia que Colombia, donde hay una guerra con dos guerrillas y grupos paramilitares, lidera el narcotráfico del continente y todos los días hay conflictos sociales. Bolivia nunca era noticia y ahora lo será constantemente seguro.

Otro elemento que se ha colado en la agenda informativa procedente de la región andina es el término populismo.

Populismo

Es la palabra mágica para desacreditar a los gobernantes de izquierda. “El populismo cambia las reglas”, era el titular de El País del 14 de mayo para informar de la nacionalización en Bolivia. Como de derechas no les pueden llamar, decirles de izquierda no sirve para desautorizar y de dictadores no pueden acusarles, se han inventado el término populismo. Nacionalizar los recursos, aplicar políticas sociales de redistribución de la riqueza, luchar contra el analfabetismo y llevar médicos a las zonas pobres es populismo. Dice Emir Sader que “el término populista ha sido retomado en el marco del discurso neoliberal, para designar a las políticas consideradas irresponsables, aventureras, inflaccionarias, que promueven concesiones sociales incompatibles con las leyes de hierro del ajuste fiscal”. José María Aznar ya clamaba en Miami en una conferencia en junio de 2005 afirmando que “el populismo ya no es un potencial peligro en Iberoamérica sino una realidad. Ya comienza a incendiar países y hay que pensar cómo apagarlo”. Sólo el neoliberalismo, afirma Emir Sader, puede diabolizar un concepto que tiene su origen en la palabra pueblo. Como dice el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y columnista del diario mexicano La Jornada, Marcos Roitman, sobre el término populismo pesa una maldición, “sin necesidad de explicar su significado, cuando se trae de la mano se convierte en un insulto”. Ya no hace falta desarrollar cuáles son los elementos negativos de la política de un líder popular, se le acusa de populismo y resuelto. He aquí la mejor herramienta contra Chávez o Morales. Además es muy flexible, sirve para meter en el mismo saco a Chávez, a Fujimori, a Perón… Por supuesto a ningún líder europeo.

Militares golpistas

Otro elemento que explotan es el pasado militar. Los presidentes y candidatos que no gustan como Chávez y Ollanta Humala son ex golpistas. Los que no dan problemas como Ríos Montt en Guatemala, Hugo Banzer en Bolivia o Lucio Gutiérrez en Ecuador nunca se les llama ex golpistas. Evidentemente, con ese calificativo buscan desacreditar preferiblemente entre la izquierda. Pero es que además ni Chávez ni Humala lo fueron porque ninguno afirmó buscar tomar el poder del país. Según el Diccionario de la Real Academia, golpe de estado es “actuación violenta y rápida, generalmente por fuerzas militares o rebeldes, por la que un grupo determinado se apodera o intenta apoderarse de los resortes del gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes”. Lo que hizo Ollanta Humala el 29 de octubre de 2000, junto a unas decenas de reservistas fue abandonar el fuerte Arica en Locumba y asaltar la instalación minera de Toquepala (Tacna), a más de mil kilómetros de Lima, para exigir la renuncia del presidente Alberto Fujimori. Tras el asalto, Fujimori huye del país acosado por las denuncias de los jueces y Humala depone las armas. Es evidente que aquello ni fue ni quiso ser un golpe de Estado.

Ridiculización desde el eurocentrismo

Las formas de los presidentes latinoamericanos que sintonizan con los pueblos es difícil que sean entendidas en Europa. Este es un continente acostumbrado a una clase política refinada en las formas, políticamente correcta rodeada de asesores de imagen y mercadotecnia y con un discurso plano, monocorde y huero, lo contrario del mensaje de Chávez, Fidel Castro o Evo Morales. Además los medios se encargan de explotar hasta la extenuación la imagen que saben que más puede costar legitimar en Europa: Chávez cantaba un vallenato en un acto público, besaba un crucifijo, amenazaba con un pequeño libro (Constitución de Venezuela), declamaba los nombres de los próceres de la independencia venezolana… Evo Morales lleva un jersey pasado de moda, no cumple con el protocolo al saludar a los Borbones, se viste de forma estrafalaria en su investidura indígenas, vive en una humilde vivienda. Demasiado para Europa.

Por poner un ejemplo, el 16 de septiembre pasado cuando se informaba del discurso del presidente venezolano en la ONU, las imágenes de las cadenas de televisión sólo recogerían la anécdota de Chávez superando el tiempo establecido y argumentando que el presidente norteamericano George W. Bush utilizó veinte minutos para su intervención. Sobre el contenido de un discurso histórico repleto de grandes verdades no vimos ninguna otra imagen. Los medios no emitieron nada sobre sus novedosas propuestas de reforma de la institución internacional.

Hay que explotar lo pintoresco, sabedores de que era la forma de enfrentar en Europa el apoyo infrenable que están teniendo Hugo Chávez y Evo Morales, y todos los que se quieran sumar a sus políticas de dignidad. A poco que estudiemos los medios de comunicación, su miseria y doble rasero es evidente. Porque si Chávez cantaba y esgrimía un crucifijo, también hay que recordar que Silvio Berlusconi se dedicaba a ponerle cuernos a Josep Piqué, entonces ministro de exteriores español, en una foto oficial de grupo en un encuentro multilateral. Y si de cantar se trataba, no despertaban tantos editoriales Boris Yeltsin subido en un escenario borracho bailando o el secretario de Estado norteamericano Collin Powell, micrófono en mano marcándose un rock. Acaso no es más ridículo y humillante para un país que se utilice un programa como Gran Hermano para explicar la Constitución Europea con vistas a un referéndum. O reclutar al grupo musical Los del Río para explicar su SI a la Constitución Europea con este argumento:"votamos el sí porque lo hace la mayoría, nosotros siempre vamos con la corriente".

La estrategia de insistir en las acciones excéntricas de Chávez es incansable en los medios. El día 20 de noviembre de 2005, en los informativos de Tele 5, con motivo de una manifestación en Caracas de apoyo a la política exterior de Chávez en relación a un conflicto con el presidente mexicano Vicente Fox, aparece el presidente venezolano con un sobrero de mariachi cantando una ranchera. Sin duda, una imagen poco ortodoxa. Pero en la noticia siguiente aparece George Bush en China vestido de ciclista, con casco incluido, circulando en bicicleta con cinco deportistas profesionales de ese país. Ambas noticias también se emiten en TVE1. Sin embargo sólo lo primero dio lugar al escándalo de las firmas mediáticas, como el responsable de Internacional de El País, Miguel Angel Bastenier, que ironiza en el diario del día 23 recordando que Chávez “canta rancheras satíricas como las chirigotas de Cádiz”. Nada dijo de Bush que se fue a la China a disfrazarse con un chándal de colores y una chichonera para hacer cabriolas en la bici con el equipo olímpico chino.

Tergiversación y manipulación

Y luego está la manipulación descarada. Denuncian en Europa que el discurso del presidente venezolano es beligerante, agresivo, provocador… Lo es, por supuesto, pero frente a quienes le organizan golpes de Estado, invaden países y masacran pueblos. El cinismo es tal que mientras Estados Unidos bombardeaba Afganistán se criticaba la “agresividad verbal” de Chávez y la exposición de fotos de niños afganos masacrados en una de sus intervenciones. El problema eran las fotos de los niños en la tribuna, no su muerte por Estados Unidos. El año 2004, Reporteros sin Fronteras, con sede en Francia, consideraba “adjetivaciones restrictivas” que la Constitución venezolana estableciera que la información en los medios debía de ser “veraz, oportuna e imparcial”. En cambio, denunciaban la “violencia verbal mostrada por el presidente de la República”. Paradójico que la única libertad de expresión que consideran oportuno limitar sea la del presidente del país. Como ha dicho el profesor de la Universidad de Sao Paulo, Emir Sader, “el orden capitalista requieren el silencio de los discursos alternativos, requiere que todos los que se manifiesten, lo hagan dentro del universo de sus discursos, en sus términos y sus alternativas, es decir, dentro del sistema de poder que dirigen. Incomoda que esos líderes expresen las palabras, los intereses y los sentimientos de los que fueron condenados al silencio por esos sistemas de monopolio de la palabra”.

Otro objeto de las dagas mediáticas es el programa Aló Presidente. En él, durante varias horas el presidente venezolano explica la situación del país, las últimas medidas de su gobierno, responde a preguntas del público y llamadas por teléfono de ciudadanos. En directo hace hablar a sus ministros y asesores que le acompañan para que respondan a la duda o queja de un venezolano al teléfono. Dicen que Chávez abusa en su provecho de la televisión por realizar ese programa, pero en España también hay una rueda de prensa del consejo de ministros todos los viernes. Otras veces se refieren, como sucedió en el informativo de Tele 5 del mediodía del 21 de febrero, a Aló Presidente, como un “programa de variedades típico de la tarde”. Por cierto, mientras Tele5 hacía esta afirmación, en la televisión pública española emitían a esa misma hora el programa de periodismo rosa Corazón de Invierno. Eso sí, el programa de variedades era en la pública venezolana.

Conclusión

A toda la campaña de manipulación que hemos sufrido en Europa ha habido que añadir los prejuicios que los europeos seguimos teniendo, incluido por supuesto la izquierda, hacia la idiosincrasia latinoamericana. Por su parte, en los países andinos que se están llevando a cabo procesos progresistas deben haber aprendido que si el apoyo de un pueblo es fundamental, también el apoyo internacional es necesario y que el mensaje de la verdad no se puede quedar en las fronteras de un país, hay que llevarlo al mundo entero. Si los presidentes latinoamericanos están preocupados por lograr el apoyo de los presidentes europeos, aún deberían estarlo más por conseguir el de los pueblos europeos. De ahí la importancia de ir creando puentes culturales, informativos, políticos entre los dos continentes. No podemos permitirnos seguir separados, el peligro y la amenaza es demasiado grande.

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